RENTABILIDAD A COSTA DEL SUELO

Suelos

La larga historia agrícola de Argentina, los cultivos de alto rendimiento y la intensificación ganadera que hace varios años se desarrollan en el país, son condiciones de un agotamiento acelerado de los suelos. 

Los nutrientes que viene perdiendo el suelo desde hace décadas en Argentina representan, de alguna manera, el costo por la alta rentabilidad que provee esta tierra. 

Actualmente en nuestro país sólo se repone cerca de la tercera parte de los nutrientes que se pierden, lo cual implica que el 70%** de los nutrientes del suelo no se recuperan, dejando un suelo más pobre para futuros ciclos. La presión impositiva, el alto rendimiento que se espera de los lotes y la falta de fertilización son factores que aceleran el proceso de degradación de los suelos en Argentina.  

El rendimiento es a costa del suelo, el recurso que permite la rentabilidad del campo, y también la producción de alimentos.  Es por esto que la fertilización comienza a ser un tema de agenda. 

La erosión y agotamiento de los suelos viene en alza hace varias décadas  y, el porcentaje de fertilización frente a esta situación es aún deficiente.  Si bien se comienza a registrar un alza en la tendencia a la fertilización, es incipiente. En particular, los típicos procesos de acidificación de los suelos pueden enmendarse con el uso de dolomita. Esta variación en el ph de los suelos es aún más notoria en la región pampeana. 

Es cierto también que en muchos casos, la pérdida de nutrientes y de buenas condiciones del suelo es a veces irreversible, y en todo caso, es más fácil conservar sus buenas condiciones que tratar de recuperarlas. Es por esto que la práctica de la fertilización junto a otras buenas prácticas de sustentabilidad, pueden convertirse en la pieza clave para conservar los suelos. 

Es momento de accionar, para esto el primer paso es un estudio del estado del suelo, para poder elaborar un plan de fertilización que asegure además de mejores rendimientos, un suelo que produzca mejores cultivos y con menos degradación.

Fuente: INTA